viernes, 2 de septiembre de 2011

nada muros

(a samuel becket)

muros
muros
no
ni uno
ni nada
ni un portal incierto
que desvele la mirada
un único campo visual
expansión de un solo ojo universo
omniverso
y fuera de él
nada


pero no
no
no hay portales
que desvelen
susurren
o enciendan el azul
inmóvil
que no logra pensarse
más que en latidos muertos
dentro de sí mismos
latidos
dentro
mudos ya
muros mudos
ataviados con mortaja espermatozoide
y cabellos trinos
con médula de sombra rutilante
en la cual me hallo
me fundo
ausente de mí mismo
de mí

sólo levitando
en el vórtice
del vórtice
del tálamo abismal
de la duda
sobre espinas
de niebla

y como único remanso:
el del cansancio
el cansancio
que puebla tu
mi cosmos
interno de árbol
y se ramifica
en cauces
de diapasones
con corola vítrea
con esteros
estertores enceguecidos
que bien saben nutrirse
de la resina
de los sueños fenecidos

y los ecos del dolor
proyectan su propio hastío
ajeno
sobre las nervaduras
acuáticas
de la palma de la mano
del aire
consternado
gélido

el cual yo habito
y se persigue
en cada perla
del llanto ancestral
de los más íntimos
muros
de la nada.


Francisco Garrido (2006)

Imágenes: Salerno, Italia, 1933, El muro de Berlin, Niños jugando en el muro d Berlin, y Niños jugando en las ruinas, sevilla, 1933.
Fotos de Henri Cartier-Bresson

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