jueves, 22 de septiembre de 2011

amor estafilococo

Oh!, dormidalia del paradisomne espacio lumínico
mi niña nimia nívea nirvana de luz adamantina
matinal manantial mandala que mana emanada de nada
nocturno néctar ignoto del dulcísimo y angélido abismo
mi ambrosía de galaxias y exégesis laser
pequeño cisnezén Nepal palideciendo todo resplandor abierto
neptúnel de astrales latitudes tales lágrimas
feérico céfiro zafiro seráfico
refleja espejamientos lunares que propician el abandono
de las aves vestidas de vestigios musicales
oigo tu aura me dice siempre y aniquila la incertidumbre
de los días pétreos olvidos
sé mi panoplia de estrellas y destellos inermes
que no dicen sólo rielan mi alma de toda vos voz luna
ya en tu mirar me reconozco al saberte universo
necesito amar al cosmos en tu esencia
para sumirnos en una infinitud desnuda de tiempo.

tu voz me hace pensar en aquello que no vi nunca,
que soy y desconozco,
así logro descifrar el lenguaje del solsticio.

tus ojos me otoñizan
me embeben el alma de nostalgia
por eso:
mi sublime pez
mi extremadamente miel
mi querubedén
mi sideraldelicia;
sólo anhelo ser pleamar de tu pleno amor
eclipsame
me nihilizo
me desmitificas
te pluscuanvenero.


Francisco Garrido (2005)

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