lunes, 29 de agosto de 2011
ya sea o quiero que sea
ya sea papel o galaxia, quiero que sea un lago, y
me sonría.
las paredes de mi habitación son sienes de niebla
amarilla,
guitarras que titilan el canto de engranajes solares.
y sin querer, ya me voy detrás de las pestañas de
un atardecer tan circular.
pero sigo acá,
en este vértice desde donde me miro cuando paseo
más allá de mí,
y siento las cosquillas de un espejo hecho líquido
en la nuca.
y te escribo feliz,
porque al escribirte,
todo yo transmuto en un pincel y me zambullo en el
sueño,
para embellecer las veredas inconscientes,
y por ahí camina mi sombra estremecida,
dibujo su propio estremecimiento,
y me acuerdo de cuando mis ojos son dos gotas en
la región que habla.
de niño imaginaba rostros amables en el
crepúsculo, pero ahora siento que ese rostro es real
y también es otra habitación.
Francisco Garrido (2009)
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