lunes, 29 de agosto de 2011

un autre pensée


al dormir
me convierto en una escalera
y logro ascenderme hasta la celda florida que en mi
mente se multiplica
días y noches como innumerables muros
esparcidos
a lo largo de un perfume nebuloso y celeste
y tu nombre escribe los jardines.

tantos siglos grabados en pensamientos
petrificados,
y lienzos que cantan lo grisáceo de los trenes
tantos horizontes senoidales en arterias solares
nacen en un ser níveo y oscilante, que habla entre
los esteros del ahora
y sueña una fosforescencia salvaje y ceremoniosa.

una niña con cabellos de catedral
se descalza ante un río que sale de sí misma
y me llega como un eco tibio y vertiginoso

te sigo llamando río, para que me reconozcas, y
espero
y te llamo con toda la esfera de esta música
habitable

y todos nuestros gestos son de un orden cósmico
no imagines galaxias desmesuradas que hacen muecas de gloria
mirá tus manos
y reconocé las montañas y las palabras
primigenias.

sigo guardando un espejo inasible
que resguarda los signos entre nosotros
y el polvo que lo cubre, dibuja sonatas entre
suspiros.

quiero verte sonreír todas las constelaciones
y ser tu cercanía
quiero cerrar los ojos y ser un incensario en tu
ermita más niña
y que tu voz anide.


Francisco Garrido (2009)

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