oigo fresnos a través de vos
y la gravidez de una esfera de hojas
verdes, como todo el enigma que te tapiza.
y siento aurora al recorrerme,
profundo peregrinar de los latidos:
vértigo en la garganta del bosque.
vibro todo cenit de dulzor solidificado
en cuerpo delirio de orfebre
cuerpo que ríe con esplendor de bálsamo
sí, las distancias se reordenan en fatuas latitudes.
mas nuevamente tu hablar
en toda su desnudéz jeroglífica.
Francisco Garrido
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